En Pontivy, una casa de pueblo de los años 30 ha sido objeto de una renovación completa, transformando su aspecto y respetando al mismo tiempo su encanto original. Se ha creado un tejado de cristal exterior para inundar de luz natural un espacio de convivencia, añadiendo una nueva dimensión a la casa. Este techo de cristal no sólo proporciona una luz excepcional, sino también una vista ininterrumpida sobre el jardín, insuflando nueva vida a toda la propiedad.