Lámpara colgante

Las lámparas colgantes son un elemento decorativo clave, y suelen colocarse en el centro de las habitaciones para proporcionar una iluminación directa. Multiformes y multimateriales, su diversidad permite introducirlas en cualquier habitación para adaptarlas a la iluminación y el ambiente deseados. Revestidas de metal (como en Anglepoise), ofrecen un estilo industrial; de cristal (como en Fontana Arte o Ebb and Flow), aumentan la luminosidad y proporcionan diversos reflejos; de cartón (como en Graypants), juegan con la luz; de papel japonés (como en Céline Wright), crean un ambiente tranquilo y suave gracias a su luz filtrada; cada material aporta su propio estilo decorativo.

Las lámparas colgantes también pueden iluminar un espacio o zona específica, como una mesa, una isla de cocina o una barra. En este caso, el colgante de diseño debe adaptarse al tamaño del mueble u objeto, no de la habitación.
Son perfectas para espacios pequeños y techos bajos, ya que resultan menos imponentes que lusters.

Se pueden instalar solas o en grupos para conseguir un efecto visual bastante gráfico, como la suspensión de diseño Kin, de Oluce, o la Speers, de B-Lux. Algunas suspensiones, como el sistema Igloo de Fontana Arte, ofrecen incluso la máxima personalización, a través de la orientación y el número de módulos disponibles.

En un jardín o una terraza, las lámparas colgantes de exterior, como la lámpara colgante Pisolo de Karman, iluminan y realzan con elegancia una mesa o un salón de exterior en cualquier velada de verano.